𝐅𝐢𝐞𝐛𝐫𝐞 𝐲 𝐝𝐞𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨


Invocaré la razón

cuando esté en medio del suplicio.

Volveré en mí

desde el portón del delirio

dejando entrar un poco

de esta agonía

de sentirme, también

un recinto de ironías.


Entiendo que no hay consuelo

que me pueda redimir.

Asumo esta pena

este hueco de existir.


Podré imaginar que una luz me modela.

Saltarme la verdad.

Descansar del duermevela.

Podré imaginar que soy ya

una sangre nueva

que quita el placer

el dolor...

O que los renueva.


Yo quise advertirme

que habría sinsabor.

Un precio que pagaría

por cada sedición.

Y a eso secretamente,

regresaba a vivir

como un adicto al sentido;

a ser su siervo febril.



/zared/antes/