Eco del universo (2)


En la música, el tema es un discurso sonoro (evidentemente) que apunta a la imaginación, mediante signos (musicales, culturales) que estructuran en el oyente una apreciación simbólica. Es el caso del espacio; del universo como tema discursivo. Sin embargo, tan sólo en cuanto referente, vale la pena anotar que ese universo representado se construye contextualmente.


También es evidente que no se trata del sonido del universo como tal, sino al ambiente que (de) éste (se) puede representar mediante ideas que surgen a partir de otros discursos culturales (literatura, cinematografía, ciencia) y su producción (novelas, películas, bandas sonoras, artículos científicos, entrevistas, entre otros). Así, el encargo que recibiera Brian Eno para producir el soundtrack del documental For All Mankind, está anclado necesariamente (en cuanto a su producción y representación cultural) a dicho documental. Se trata de su referente obligado, sobre el cual no se teje forzosamente el sentido simbólico de la música pero que sí constituye el punto de partida para la adecuación o contextualización temática de lo que se entiende como «universo».


Entonces Apollo, ese álbum que bien podría escucharse sin considerar el documental y del cual pueden salir un sinnúmero de significaciones e impresiones sobre lo espacial o no, sólo comunicará la idea de lo estratosférico mediante su propia historia y su referente discursivo. Sin embargo -y como diría Maurice Blanchot respecto del arte y la literatura-, hay música cuyo eje es la música misma; su particularidad (género, sonidos, producción) y, evidentemente, su comunidad receptora. En ella, si existe un discurso de lo espacial irá más allá de la experiencia directa -la inclusión de un pedal en una de las melodías de Apollo remite a la música country que uno de los astronautas llevó para su escucha en la expedición espacial-. Se centrará, entonces, en los intereses de la comunidad hacia la cual se dirige y estará limitada al género musical (aunque esto implique una combinación de géneros o subgéneros de cierto tipo de producción musical).


Este último caso es el de Solar System (Mind Experience Records, 2012, 2CDs); una compliación de propuestas musicales al estilo del downtempo y del deep trance. En el primer CD, cada melodía lleva el nombre de un planeta de nuestro sistema solar, y se encuentra en el orden de los mismos respecto de su distancia con el sol. El segundo (bonus tracks) sólo contiene pistas dedicadas a la luna, las nébulas y Titán, el mayor de los satélites de Saturno.


Como un tributo al sistema solar, la imagen que provoca cada melodía está ligada a ese contexto tan particular como hacer música sobre / acerca del espacio. Con todo, es intersante que ese ambiente creado por la música pueda ser la plataforma de una hermenéutica de lo espacial como descubrimiento; como la relación con lo desconocido, sobre todo porque su mensaje está fuera de todo código humano. Esta relación que, al final, no cobraría sentido sin una autoreferencia a la vida humana y el origen de la vida como misterio.



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