El eco del universo


Trayendo a colación la música electrónica y la construcción del discurso espacial, como dijimos, se trata de una cuestión cultural; de un conjunto de códigos compartidos por diversos sistemas (cine, literatura de ciencia ficción, arte fantástico, series de televisión, entre otros) que están relacionados, de alguna u otra manera.


ndudablemente, un pionero en esta relación es Brian Eno (con Daniel Lanois y Roger Eno) y su álbum Apollo: Atmospheres & Soundtracks, realizado como banda sonora del documental For all Mankind. Los efectos de la música electrónca parecen adecuarse bastante bien al sentido de lo otro que representa el espacio. El espacio es, sobre todo, aquella exterioridad que nos es totalmente otra; donde la monumentalidad del mismo universo representa la nimiedad humana y la soledad de la vida arropada en el planeta Tierra.


También, el universo como lo inconmensurable y el vacío. Tales conceptos se prestan para la abstracción. En cuanto al documental, las imágenes de la luna y la tierra se resignifican en las melodías. El beat de las mismas parece haber sido estructurado para la contemplación. Los tonos se suceden; como si se presenciara lentamente un acontecimiento; o bien, el tema mismo (el espacio) como tiempo.


La oportunidad de escuchar las melodías en una nueva versión (Icebreaker / BJ Cole, 2012), permite apreciar la contemporaneidad del tema musical. Aunque parezca atractivo sólo para quienes conocen la trayectoria musical de Eno, escucharlo permite tejer imaginariamente la atmósfera contextualizada en el tema tratado. La música, finalmente, parece independizarse del documental original y se vuelve un subdiscurso dedicado a la construcción de la misma música. De ahí que el carácter de tributo que tiene esta remasterización -para quienes tienen el referente del álbum original- esté presente.


El mismo Eno concordaría con la opinión anterior, en cuanto a la construcción imaginaria a través de la música. En una entrevista dada a The Guardian (2009, en el 40o. aniversario del alunizaje del Apolo 11), Eno comenta: "What I liked was [...] a form of incomplete music, where the missing element was the visual element. I liked making music that somehow allowed the listener to imagine a visual element themselves". Pero, ¿a qué imaginación remite? ¿No es ya la portada, el título mismo; el proyecto como contexto lo que dirigen esta imaginación?


Algo así como lo que plantea la hermenéutica como principio de lectura: que la (primera) aproximación al texto debe ser sin contemplar los elementos editoriales que lo acompañan (prólogos, introducciones, subtítulos, etc.), la aproximación de este tipo a una obra musical como esta puede decir mucho y dar una idea de cómo ciertas tonalidades (tanto en su sentido plástico como musical) se forman a partir de referentes culturales y la subjetividad.



/vitafragilis/riz/