La música y el universo


La música, de por sí abstracta, a la cual se atribuye un carácter especial dentro de las expresiones artísticas por ello mismo, sólo puede entenderse al nivel del lenguaje hablado y escrito a través de la metáfora. George Steiner afirma que «when we adduce the 'sense' of aesthetic representations and musical forms, we are metaphorizing, we are operating by more or less covert analogy» (The Poetry of Thought).


Y en este sentido, hallar la metáfora más adecuada no sólo es ingenuo -aunque en ocasiones afortunadas podría ser un acierto-, si no se comparte una historia personal, a la manera de una génesis de las impresiones.


En este caso, vale la pena resaltar la relación entre la música y el espacio sideral; el sistema solar; las galaxias... Esta relación no es gratuita, de hecho, es muy antigua. Incluso, se emparenta con las matemáticas. Esta triple abstracción (música, espacio y matemáticas) abordó las imaginaciones de grupos filosóficos como los pitagóricos (el universo regido por una armonía y proporciones musicales), pasando por la famosa idea de Kepler sobre la "música de las esferas (celestes)", aplicando notas musicales a cada planeta. No es desconocida la noticia (1999 y años subsiguentes) sobre el descubrimiento científico de la emisión de sonido por parte de los planetas, estrellas, entre otros.


ero hablando propiamente de música, ha de referirse a ésta como discurso. Un discurso abstracto, pendiente de la creatividad. Lo interesante es esta triple relación mencionada; no presente en todos los casos, necesariamente, de forma explícita. Pero las aproximaciones, en el s. XX y en el presente, no han faltado a la misma, y puede decirse que más allá de su carácter abstracto, el discurso musical está atado a la cultura. Así, la expresión musical está relacionada necesariamente con su género y los instumentos utilizados; con un público (mercado) y algo que, en analogía a las ideas de Itamar Even-Zoar, podríamos llamar el Sistema Muscial.


Este sistema estará compuesto por cada uno de los agentes que son capaces de dar significación a lo que entendemos como "música"; desde su producción hasta su recepción y su elaboración compleja como discurso cultural en la historia. Así, si se consideran los géneros habrá de sondearse las diversos subdiscursos musciales en torno al espacio y su significación desde la abstracción musical.


Es el caso, por ejemplo, del álbum Shperes del violinista Daniel Hope (2013; música clásica -s. XVII- y culta -s. XX y XXI-) y Apollo de Brian Eno (1983; ambient); pasando por otro tipo de colecciones más recientes como Solar System (2012; deepdown; downtempo). Vale la pena hablar de cada uno de estos proyectos, aunque aquí el espacio es muy breve como para tratarlos en detalle.


Dejemos pendiente esta perspectiva con la siguiente pregunta: ¿cómo es el espacio en estas representaciones musicales?



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